Hay momentos donde recordar a L. me hace sentir triste y me causa un poco de dolor.
Ya no me duele tanto como antes, pero el dolor todavía está ahí.
Si bien es cierto que durante las últimas semanas he mejorado, y he aprendido a identificar mis emociones, la tristeza aún me afecta cuando pienso en L.
Es una emoción que es normal, por que la tristeza aparece por varios motivos: el principal es haber lastimado a una persona que quiero, otro es que no estoy cerca de ella, también la sensación de vacío que siento, y sobretodo que la echo mucho de menos.
Duele un poco, si, pero he aprendido que sentirse triste está bien. No significa que estaré triste siempre o que tendré una depresión, es algo que está presente ahora y que no tiene otro significado más allá de que ahora si sé identificar la emoción y la dejo estar, no intento evitarla.
También me hace recordar el amor que aún siento por ella, y las ganas que tengo de verla y hablar con ella. De contarle las cosas que ha aprendido, de como la recuerdo al pasar por sitios donde estuvimos juntos, por ver cosas que se que le gustarían, de las ganas que tengo de volver a caminar con ella agarrados de la mano.
El dolor pasará y será otra fuente más de aprendizaje.