Los libros

Estoy intentando leer más, antes lo hacía mucho por que tenía un trayecto de más o menos una hora hasta llegar a la oficina. Esas horas las aproveché mucho, pude leer muchos libros.

Pero desde que trabajo en casa y el trayecto a la oficina es mucho menor he perdido la costumbre de leer. Esa es una razón, pero también es que he cambiado los libros por series o películas.

He visto muchas series y muchas películas. De algunas he aprendido algo y de otras solo me han servido para divertirme, lo cual está bien y es necesario.

En estas últimas semanas he estado viendo series que hacen reír, mayormente series repetidas que de cierta manera me transportan a ese momento cuando las vi y me divertí con ellas.

Pero la sensación con los libros es diferente. Hay libros que me han impactado mucho, con otros he aprendido y descubierto nuevas cosas. Hay libros que me recuerdan momentos, lugares y personas. Si veo el titulo de un libro que he leído puedo transportarme a ese momento. Es una sensación que me gusta mucho.

Hace unos días en una librería vi una edición nueva del libro “Cien años de soledad”, es un libro que debía leer en el instituto pero no lo hice. La primera vez que lo leí fue algunos años después, y me gustó mucho, recuerdo estar en la universidad y lo leí en las vacaciones entre semestres. Luego lo leí unos años después durante los trayectos para ir a la empresa donde trabajaba. Y lo lei una tercera vez en un verano, por que la edición que tenía la había dejado en casa de mis padres y volví a comprar la novela en una feria del libro. Era una persona diferente en cada una de esas veces, vivía en diferentes lugares. Eran contextos distintos.

Ahora estoy en otro contexto, en otro lugar y quiero leerlo otra vez. La verdad es que lo compré por que al verlo me acordé de L., creo que alguna vez hablamos de ese libro, de lo mucho que me gustó, que era uno de los pocos libros que había leído varias veces, y que cada vez lo entendía de manera diferente, encontraba otras cosas que no había visto en las veces anteriores.

No sé que encontraré, pero solo me faltó leer la primera frase esta vez para decidirme comprarlo nuevamente: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”