Durante este proceso, hay días donde me siento mejor y hay días como hoy (generalmente fines de semana) cuando mas echo en falta esa sensación de pertenencia, de saberme parte de algo más, de participar en un camino un destino.
Son esos momentos donde siento un vacío, tristeza, nostalgia. Y es que durante todo el tiempo con L. me encontraba tan bien y era tan feliz, que nunca pensé que podría sentirme como me siento ahora.
Esa sensación de saber que llega un fin de semana donde tendríamos algo de tiempo para hacer cosas que nos gustaban y que podíamos disfrutar juntos. Un viaje corto, salir a pasear o visitar algún sitio cercano, disfrutar de una buena comida en algún restaurante, o simplemente pasar un par de días tranquilos, viendo alguna serie tumbados en el sofá sin preocuparnos por otra cosa. Esa sensación de sentirse seguro, cómodo, en paz. Felicidad total. Algo tan sencillo, pero que nos llenaba tanto.
Y es que a veces esas cosas tan sencillas, que pueden parecer simples y que muchas veces damos por sentado, que creemos que siempre estarán ahí, son de las que menos nos damos cuenta, y una vez que las perdemos entendemos todo el valor que tenían. No solemos valorar lo que tenemos, incluso algunas veces queremos más o pensamos que no es tan bueno y que debería ser mucho mejor. Es verdad que algunas veces solo las disfrutamos, sin más, lo cual no creo que esté mal, pero creo que es importante poder entender el valor que tienen y poder darles el cuidado debido.
Cosas sencillas, que nos alegran y mejoran nuestra vida. Me alegro de haber podido tenerlas, lamento un poco no haber podido valorarlas ni cuidarlas como era debido. Pero el recuerdo que me dejan es muy bueno. Espero poder algún día volver a disfrutarlas, sobre todo con esa persona que hacía que todo esas cosas tengan sentido en un fin de semana.