Una de las cosas que tengo que cambiar es la de expresar mis sentimientos y emociones. Hoy lo he hecho con alguien que se supone que debería tener una buena relación: mi madre.
No sé la razón, pero a mi madre le cuento muy pocas cosas sobre mi. Un motivo podría ser para no preocuparle, al estar lejos es muy poco lo que ella podría hacer si tengo algún problema, ¿es una excusa razonable?, no lo tengo tan claro. El problema es que tampoco suelo contarle las cosas buenas, o al menos no todas. No le había contado sobre L.
Las razones de por que no lo había hecho las tengo un poco más claras, pero como muchas de las cosas que estoy descubriendo no tenían ningún fundamento, era otra vez mi poca comprensión e inhabilidad de entender mis emociones y sentimientos. El mismo miedo de abrirme y compartir lo que me pasa y lo que siento, y que me hace perder oportunidades de crear conexiones verdaderas con otras personas, y en esta caso no es una persona cualquiera.
Y hoy cuando conversaba con ella, en vez de responder lo mismo de siempre cuando me pregunta como estoy, le dije que no estaba muy bien, le conté sobre L y sin entrar en muchos detalles le expliqué lo que pasó. Le conté también que estoy en este proceso de mejora personal, que quiero cambiar y corregir todas estas actitudes y cambiar mi forma de pensar. Me dijo que le sabía mal la situación, pero que se alegraba de que estuviera haciendo todo esto y también de que le haya contado sobre L. Me animó a seguir adelante y que todo iba a salir bien.
Sentí otra vez que me quitaba otro peso de encima, poco a poco me estoy dando cuenta de las cosas que me estaba perdiendo por ser tan cerrado. Esa sensación de sentir que alguien se compadece por ti y siente empatía es increíble, sentirse querido y arropado por alguien cuando lo estás pasando mal solo se consigue al abrirse y estar dispuesto a ser “vulnerable”. Y si esa sensación viene de alguien tan importante, es mucho mejor e incomparable, por que es verdad que madre solo hay una.