Una de las cosas que más me ha afectado desde el incidente con L es el cambio en la cotidianidad.
Es esa sensación de haber perdido una parte importante de mi vida, las rutinas, los rituales, las cosas que se hacían cada día.
Algunas cosas las daba por sentadas, pensar que siempre las tendría quizás no me dejaba valorarlas más. Ahora que no las tengo me doy cuenta de cuan importantes eran y lo muy necesarias que son para ser feliz.
Son esas cosas tan sencillas que hacían que el dia dia no fuera tan pesado con los problemas de alrededor. Tener ese lugar seguro donde poder resguardarse del resto del mundo. Un refugio. Seguridad. Paz.
Decir buenos días al empezar el día, decir buenas noches al terminar el día e irse a dormir sabiendo que al dia siguiente esa sensación estaría ahí otra vez, para hacerte feliz.
Durante el día, una llamada rápida, un mensaje de texto solo para decir hola. A veces no hacía falta por que podías saber que en otro lado, L estaría pensando también en mi. Estar por la calle escuchando música o un podcast y de repente Siri te interrumpe para leerte un mensaje de ella, esa sensación de alegría por algo tan simple, esa emoción de escuchar lo que L quería decir, esa ahora no está, y lo hecho mucho en falta.
Incluso ahora al escribir esto, casi se me sale una lágrima al recordarlo. Pero ahora no puede ser. No sé si volveré a sentir todo esto, pero algo que tengo muy claro es que necesitamos tiempo para resolver y entender nuestros problemas. Yo estoy haciendo lo que debo hacer, y el tiempo dirá si volveré a esa cotidianidad, que tantas alegrías nos daba.